La "última milla" del transporte individual

Un top 5 muy movido.
03/2016
La "última milla" del transporte individual

Es lunes por la mañana, lo cual para cientos de miles de madrileños significa desplazarse de una manera u otra para llegar al trabajo. Entre ellos nosotros, pero en Lantern casi todos vivimos lo suficientemente cerca como para venir andando, así que este mes se nos ha ocurrido imaginarnos cómo reinventar nuestros trayectos matutinos.

Y esto nos ha abierto la puerta a empezar a pensar en cómo va a cambiar el sector del transporte en los próximos años, especialmente en la categoría denominada "la última milla," es decir, las distancias urbanas que no superan un par de kilómetros. Con el avance de la urbanización y la concentración de vivienda, cada vez seremos más los que nos tengamos que enfrentar a ese "last mile". Aunque existen frenos (desde legislación que controla la velocidad y seguridad de este tipo de transporte hasta la necesidad de instalar o establecer vías adecuadas), está claro que la diversidad de soluciones y el potencial de la tecnología ya empiezan a atraer a innovadores.

Aquí os presentamos algunas alternativas de la "movilidad de última milla" que nos permiten ir más rápido, esforzarnos menos (o más, dependiendo de lo que nos apetezca), pasarlo bien, gastar menos, y sentirnos más ecológicos y comprometidos con el medio ambiente.

1. El monopatín evoluciona

El monopatín siempre será un clásico en medios de transporte individual, aunque las últimas versiones nos invitan a imaginarnos un futuro estilo Star Trek, con soluciones eléctricas y compactas.

El Solowheel es un monociclo con motor de 1.500 vatios y una batería recargable con autonomía de hasta 16 kilometros. Llega a una velocidad de 16 km por hora y pesa unos 10 kg. Y, lo principal, puede ser tuyo por $1.495 (o lo que te cuesta el seguro del coche y un cambio de ruedas).

A partir de aquí, las opciones se vuelven más compactas y de diseño. Y ¿qué es más futurista que subirte a una tablet? La empresa japonesa Cocoa Motors nos propone WalkCar, que a simple vista parece una tablet más, pero que al colocarla en el suelo se convierte en una plataforma de transporte personal. Además, se carga por USB, con una batería que aguanta unos 12 km. Alcanza una velocidad de 10 km por hora y por $800 te la puedes llevar a casa.

Parece que lo único que nos queda por delante en tecnología de monopatines es volar, y aunque muchos lo han intentado, todavía no hemos logrado crear una versión útil del mítico ‘hoverboard’ de Regreso al Futuro.

2. La alfombra mágica hecha realidad

O eso parece, a menos que consiga popularizarse el Arcaboard. Con 36 ventiladores eléctricos de alta potencia que generan 272 caballos de fuerza y 430 libras (1913N) de propulsión, el Arcaboard puede alzarse medio metro en el aire y viajar a 20 km por hora.

Sin embargo, la empresa rumana que lo fabrica también reconoce sus limitaciones: por el momento, la batería tarda 6 horas en cargar para durar un máximo de 6 minutos y, midiendo 145 x 76 x 15 cm, el aparato pesa 82 kg. La etiqueta de precio tampoco es muy atractiva, empezando en $19.900. Así, parece que vamos a tener que esperar todavía un poquitín más para volar.

3. Fitness callejero

Y si no podemos volar, ¡a saltar lo más alto posible! Así nos sugiere que nos movamos Kangoo Jumps, que fabrica unos zapatos con muelles enormes que reducen hasta el 80% el impacto en las articulaciones al hacer ejercicio. Cuestan 159 € y ya se utilizan con bastante frecuencia en gimnasios y clases de zumba. Pero tampoco nos sorprendería demasiado ver algún día de estos a alguien saltando por la Gran Vía de camino al trabajo.

Y con este fin, ya pronto podremos encontrar en el mercado alternativas un poco menos aparatosas que nos permitan aprovechar los beneficios de llevar muelles en los zapatos. Tal es el caso de las zapatillas Enko, diseñadas por un ingeniero aeronáutico francés que buscó una solución cuando se vio obligado a dejar de correr por sus dolores de espalda. Las Enko se desarrollaron a través de una campaña de microfinanciación estilo ‘crowdfunding’ y se lanzarán al mercado online este año por 359€.

Y si de verdad te estorban los aparatos, te presentamos lo último en tecnología anti-tecnológica: las zapatillas para el running minimalistas. La aparente paradoja promete mejorar el apoyo del pie al correr, reorientando el peso hacia la parte de delante para prevenir lesiones. En diseño y apariencia, destacan las Vibram Fivefingers en esta categoría, con su curiosa división entre los cinco dedos del pie. Tanto runners concienciados como amantes de la ironía pueden adquirir su versión clásica por 65€.

4. Transportes urbanos compartidos

Para los que son de querer hacer un poco de ejercicio pero tampoco llegar a la oficina con ganas de volver a ducharse, la bici siempre ha reunido ventajas. Sin embargo, Madrid a veces nos presenta a los ciclistas unas condiciones poco óptimas de clima y, desde luego, de tráfico. Veemo propone ocuparse de estos impedimentos con su ‘velo-mobile’, híbrido entre coche y bici eléctrica, que ofrece protección al mal tiempo y de los coches. Llega a una velocidad de 32 km por hora y los prototipos que ya operan por Vancouver, Canada, cuestan 28 centavos canadienses (19 céntimos de euro) por minuto. La particularidad que tiene es que el usuario puede ajustar el nivel de intensidad del ejercicio al elegir el nivel de asistencia del motor de la bici.

Aparte de estas innovaciones en producto, el Veemo también tiene una propuesta interesante como servicio. Se apunta a la tendencia del ‘sharing economy’ (que ya hemos explorado en este blog), compartiendo un recurso para bajar los costes de uso para el cliente. Aunque muchas de las opciones que hemos explorado en este artículo son relativamente asequibles en precio, reconocemos que este modelo de negocio lo vamos a ver cada vez más en las grandes ciudades, desde bicis hasta coches, tal y como nos ofrece car2go en Madrid.

5. Seguiremos andando pero con causa

Por último, por mucho que avance la tecnología en aparatos de transporte individual, siempre tendremos que andar por lo menos una parte de esa "última milla". Y si hay que hacerlo, ¿por qué no andar con un poco de propósito? Esta es la propuesta de la empresa PaveGen, con sus paneles de acera que generan electricidad a partir de las pisadas de todos los viajeros que caminen por encima. Su tecnología innovadora convierte cada pisada en energía suficiente para iluminar una farola LED por 30 segundos. Una propuesta realmente revolucionaria, PaveGen nos permite generar energía en vez de consumirla en lo que nos movemos por el mundo.

La "última milla" del transporte individualMaría Urquiza
Consultora Senior